El manejo de las finanzas tiene
mucho que ver con el proyecto de vida de cada personal: su proyección personal
y profesional, así como la familia y su vejez.
Por eso, a la par que se planea
el futuro, se debe ir mirando los recursos para lograr lo que se quiere, que no
es otra cosa, en cada etapa de la vida, que vivir tranquilo y feliz.
Por eso planificar los gastos y
presupuestar las inversiones requiere de tiempo, aprovechando, además, la
capacidad productiva. Tenga en cuenta que los ingresos suelen ir creciendo con
la edad, hasta los 55, cuando se llega al tope y luego declinan lentamente.
En el libro Finanzas para papá...
y mamá, Rigoberto Puentes enumera los planificaciones que hay que tener en
cuenta, entre los cuales se encuentran:
- Planificación financiera
básica: forman parte de ella los planes y actividades cotidianas que una
persona realiza para administrar su dinero: el manejo del efectivo, la cuenta
corriente, la tarjeta de crédito, el balance personal, el presupuesto, el estado
de ingresos y egresos, etc. Es poner en blanco y negro sus cuentas.
- Planificación de activos
esenciales: son los planes y estrategias que una persona debe llevar a cabo
para adquirir los bienes esenciales, que son los indispensables para garantizar
la calidad de vida: casa, carro, muebles, electrodomésticos, línea blanca, y
demás para sentir un hogar y vida confortables.
- Planificación de seguros: son
las previsiones que una persona debe tomar para anticipar y proteger a su
familia y su patrimonio contra los riesgos potenciales. Tenga en cuenta el
seguro de vida, del carro, de salud, de su vivienda.
- Planificación de inversiones:
invertir eficientemente los ahorros, para lograr el mayor arrendamiento posible
bajo un nivel de riesgo que se pueda asumir.
- Planificación del retiro: Este
es un plan de inversión a largo plazo, con el objetivo de acumular el capital
necesario para obtener una renta que reemplace los ingresos cuando se termine
el periodo de trabajo activo.
- Planificación de la sucesión:
va más allá de la simple distribución de la herencia. En ella se incluyen la
administración de nuestros bienes y el cuidado de nuestros dependientes, en
caso de enfermedad grave, senilidad o discapacidad mental, y, por supuesto, las
disposiciones finales cuando llegue la muerte.
- Planificación de impuestos:
buscar estrategias que le permitan minimizar el pago de los mismos, respetando
siempre las reglas del juego
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